jueves, 17 de enero de 2013

Costa Rica 2012: La Fortuna, bajo la sombra del volcán Arenal

Abandonamos Cahuita dirección Limón sobre las 5:30 de la mañana, se tarda unas 6 horas y media en llegar hasta La Fortuna en caso de que no surjan imprevistos así que nuestra idea es llegar poco después de mediodía, aunque la distancia no es grande (280 kilómetros) la velocidad media no suele superar los 50 km/h.

Desde que nos montamos en el coche no para de llover, continúa la tónica del día anterior y no parece que tenga intención de parar. Si algo bueno tiene es que el tráfico es menor, pero con tanto viento y lluvia cruzar alguno de los famosos puentes costarricenses da un poco de yuyu. Tras una hora llegamos a Limón y continuamos en dirección a Siquirres, tras otra hora tomamos dirección Puerto Viejo de Sarapiquí, ya hemos desandado el camino que hicimos el primer día y nos internamos en la zona centro de Costa Rica, la lluvia sigue siendo intensa pero poco a poco parece que va amainando, aunque lo que si que aumenta es el tráfico, el número de camiones y la forma de conducir te hacen poner mil ojos en las carreteras, sin hablar de los cruces de puentes, los socavones, la calidad del asfalto y la propia orografía del país. Una vez superado Puerto Viejo de Sarapiquí y en dirección Aguas Zarcas paramos a desayunar. Lo bueno de Costa Rica es que en cualquier lugar te puedes encontrar un bar o restaurante en el que parar para tomar algo, así que paramos media horita para estirar las piernas y tomar dos cafés con dos empanadas de queso bien resguardaditos de la lluvia, que aunque con más suavidad sigue cayendo.

Con las pilas cargadas nos disponemos a afrontar el último tramo, la lluvia se suaviza mucho y el tráfico no es muy grande, así que el tramo hasta Aguas Zarcas y desde Aguas Zarcas hasta La Fortuna lo hacemos más tranquilos, hay que decir que no disfrutamos mucho del paisaje ya que muchos tramos discurren entre tierras de cultivo y que las nubes nos impidieron ver nada en otras zonas. Un punto a tener en cuenta es la
gasolina, en nuestro caso teníamos suficiente como para llegar pero aún así llenamos en Aguas Zarcas, nunca os confiéis ya que podéis despistaros en un cruce y perderos y no en todos los pueblos (ni mucho menos) hay gasolinera, tratad de tener controlado donde podéis surtiros y no esperéis a estar en reserva para ello.

Arenal Hostel Resort
Pasado el mediodía llegamos a La Fortuna de San Carlos, y el gps nos deja en nuestro alojamiento, el Arenal Hostel Resort. La razón de visitar La Fortuna es que se encuentra a los pies de uno de los mayores reclamos turísticos de Costa Rica, el volcán Arenal. En cualquier dossier sobre Costa Rica se hace referencia a que este volcán, con su perfecta forma cónica, se encuentra activo desde 1968 y es posible observar sus expulsiones de lava. Si algo importante hay a la hora de planificar un viaje es informarse correctamente sobre la situación actual de los destinos, así que nosotros ya íbamos en sobreaviso desde casa, el volcán actualmente está en una fase de reposo (que no inactivo) así que nadie espere ver ríos de lava incandescentes, lo que no quita que en la zona haya numerosos atractivos que la hagan merecedora de una visita.

Volviendo al alojamiento, para La Fortuna optamos por una habitación privada en el Arenal Hostel Resort. Tenemos reservadas 2 noches en este albergue sin desayuno y el precio es de 21 € por persona y noche. Hay que señalar que es supera el concepto de hostel y se acerca más al de resort modesto, se encuentra situado en el centro de La Fortuna, muy cerca de la iglesia y la plaza. Dispone de aparcamiento por lo que puedes dejar con tranquilidad tu vehículo en la propiedad.

El local está regentado por un tipo de Pittsburg muy alegre y que está muy pendiente de que todo vaya bien, las habitaciones están distribuidas en dos pisos, las habitaciones son espaciosas y limpias, disponen de televisión, baño privado y dos camas o cama doble según se desee. En cuanto al exterior es un pequeño jardín con hamacas, mecedoras, una pequeña piscina junto al bar, mesas, etc. El hostel dispone de wifi así como de un pc con conexión a internet y, muy importante, servicio de lavandería a un precio muy razonable. El personal es muy atento y te ayudan en cuanto necesites en tu estancia, tours, sugerencias para comer o cenar, clima, estado de ciertos lugares, etc. Si contratas tours en el propio hostel los precios son los de cualquier operador de la zona, así que merece la pena contratarlos ahí mismo.

Típica postal con el volcán
 ya despejado
Tras dejar las cosas en nuestra habitación (tuvimos que esperar un momento ya que la estaban limpiando) nos decidimos a dar una vuelta por el centro de la localidad y ya aprovechar para comer.

La Fortuna es ya un pueblo algo más grande de lo que habíamos visto hasta el momento, en su centro hay gran variedad de tiendas, restaurantes, supermercados… y agencias turísticas que abordan a los viajeros. El día está muy nublado, y de la estampa típica del pueblo, que sería la postal de la iglesia con el volcán Arenal de fondo, nos quedamos con la iglesia, y un fondo blanco de nubes.

Buscamos un sitio para comer y nos metemos en la soda La Parada (las sodas son restaurantes en los que comer casados y comidas aprecio económico), Pedimos un casado con carne (el casado se suele componer de arroz, frijoles, plátano frito, algo de ensalada y carne o pescado) y un casado con pollo a la parrilla, 2 cervezas para beber y dos raciones de pan de ajo. El pollo a la parrilla está muy bueno, el resto de las cosas muy correctas y el precio 10000c (17€). Mientras comemos entendemos el por qué de tanta lluvia en el camino, en televisión señalan que la tormenta tropical prevista estaba tornando en huracán y que había dejado inundaciones por el país, parece ser que íbamos dejando ríos desbordados y desprendimientos justo a nuestro paso así que más que preocuparnos por el clima, casi tenemos que celebrar haber escapado a tiempo.

Con el estómago lleno nos disponemos a planificar la tarde, la idea inicial es visitar la catarata del río Fortuna y después relajarnos en alguno de los recintos de aguas termales de la zona. En principio lo que se aconseja es ir a las termas de Tabacón, que son las de más calidad de la zona, y cuyo precio aunque pueda resultar excesivo termina compensando por el lujo de darse unos baños en las aguas volcánicas a la sombra del Arenal. Consultamos en el hostel y nos indican que si queremos, ellos ofrecen precio especial en otras termas, las de Baldí. Habitualmente la entrada con comida o cena a las termas de Tabacón es de 85 dólares, y la oferta que nos hacen es la de entrada a las termas de Baldí con cena por 35 (unos 28 euros), por lo que no dudamos ni un segundo y sacamos los dos pases, el objetivo es relajarse, no tenemos un especial interés en el lujo.

Vistas desde el mirador
Cogemos el carro y nos dirigimos a la catarata del río Fortuna, la misma se encuentra a unos kilómetros del pueblo y se puede acceder a su entrada tanto a pie, como a caballo o en coche. Como el día no está muy agradable (aún sigue lloviendo un poco a ratos) decidimos ir en coche, pero si sale un buen día mi recomendación es contratar un tour a caballo, no es un paseo muy largo y es una forma diferente de hacer la visita.

Aparcamos junto a la entrada de acceso a la catarata, tras abonar una entrada de 10$, se accede por un puente al recorrido que lleva hasta la base de la catarata. Nada más comenzar se dispone de un mirador que ofrece una bella vista de la caída de agua, por fin en este momento parece que para de llover y podemos comenzar a disfrutar de la impresionante vista.

Caida de agua junto
a catarata
Tras la foto de rigor es momento de prepararse para bajar los 460 escalones que llevan hasta la base. La bajada es relativamente cómoda y la vista desde abajo es espectacular, la caída de agua, el sonido, el verde intenso... inolvidable. Además de la catarata principal hay otra caída de agua al lado con una imagen para mí más idílica aún, ya que el agua cae levemente y parece acariciar el paisaje con suavidad.

Una vez abajo uno puede bañarse en el río, por lo que es recomendable llevar bañador y toalla. Como ha habido 2 días de lluvias torrenciales, la catarata cae muy fuerte y la poza en la que cae no está digamos apta para el baño, así que nos vamos unos metros más abajo donde también puedes bañarte, es curioso que la temperatura del agua sea muy cambiante, entre el frescor normal del agua del río se mezclan corrientes de agua caliente, toda una experiencia, compartida con unos chicos bilbaínos que conocemos allí.


En la base de la catarata

Después del baño, toca la subida, bastante intensa, yo diría que con calma la puede realizar cualquiera, aunque si no te encuentras en un estado físico aceptable deberías plantearte si bajar o no, ya que los escalones no sólo son muchos, sino que son de una altura considerable.

Hay quien dice que 10 $ es excesivo para lo que ofrece la catarata, y que además en temporada alta está atestada de gente, a nosotros nos resultó un paseo agradable entre exultante vegetación, evidentemente no son las cataratas Victoria, pero nos gustó la visita.

Con las piernas bien cargadas de tanto escalón volvemos al hostel a planificar el día siguiente antes de ir a las termas. El tiempo ha estado complicado y la excursión que rondaba mi cabeza parece complicada, ya que queremos ir al río Celeste. Consultamos en recepción y nos dicen que no nos lo aconsejan, que con la cantidad de lluvia que ha caído no merece la pena ya que el río baja revuelto y pierde su color celeste para ser un río más. Hay que decir que cuando consultamos no decimos que vayamos a ir por nuestra cuenta, así que el consejo lo hacen a pesar de que ellos suelen ofrecer tours a este lugar, por lo que no dudamos en ningún caso de su buen hacer. La chica de recepción me dice que, tal y como ha llovido, su consejo sin duda es que vayamos a hacer rafting, ya que los ríos vienen muy crecidos y sube el nivel ya de por sí alto de sus rápidos. Como teníamos previsto realizar esta actividad en algún momento, reservamos la actividad para el día siguiente (70 $ por persona) y nos preparamos para marchar.

Volcán Arenal
Desde el hostel nos vamos a las termas de Baldí, que se encuentran a la salida del pueblo de La Fortuna, a unos 4 kilómetros del centro. El día se mantiene nublado pero la niebla se ha dispersado y el volcán aparece majestuoso ante nuestros ojos, a pesar de estar en reposo se pueden ver las fumarolas, la estampa perfecta para disfrutar de las termas.

Al llegar hay que abonar una cantidad como fianza por las toallas (creo recordar de 10$) y una cantidad de unos 6$ por el uso de las taquillas, la verdad es que resulta bastante excesivo pero un día es un día, aunque la verdad es que casi prefiero pagarlo con la entrada y olvidarme una vez dentro. Una vez te cambias y dejas tus pertenencias dispones de numerosas piscinas con diferentes temperaturas, jacuzzis naturales, cascadas artificiales, tumbonas de piedra calientes, etc. todo ello con el volcán arenal de fondo (si el tiempo lo permite) en las que puedes eliminar todo el stress acumulado. La verdad es que disfrutamos como morsas de piscina en piscina, en la entrada de cada una hay un indicador de la temperatura a la que se encuentra el agua y en algunas es imposible casi ni meterse de lo caliente que llega a estar (cada cual tendrá una tolerancia al calor…). Lo cierto es que a pesar de ir en temporada baja nos encontramos con algún grupo de turistas escandalosos que pensaban que estaban en un parque acuático, pero la tónica general fue de relax total y absoluto, las aguas termales, el volcán… de lujo!

Termas Baldí
Comentar que en la piscina principal hay bar y suelen tener la música a un volumen poco recomendable para la relajación, pero es la zona de “reunión” de la gente así que es bastante normal, si quieres tomar algo dentro de la piscina debes preparar bien la cartera, nosotros nos tomamos dos piñas coladas y nos salió a 9$ cada una, cada cual debe valorar si le merece la pena, pero la verdad es que la situación, tras más de una hora de baños relajantes, el calor, el verde… el cuerpo lo pedía y el paraje lo merecía.
Tras un último chapuzón nos damos una ducha, devolvemos las toallas y recuperamos nuestra fianza y nos vamos al restaurante a cenar. En cuanto a la cena la verdad es que estuvo bastante bien, ensaladas, frutas, zumos, pollo, arroz, carne, pasta, etc. buena variedad y buena calidad, en un ambiente agradable.

La experiencia en general es totalmente recomendable, en base a lo que cada cual quiera gastar que vaya a unas termas o a otras, pero de verdad que si quieres dejar cualquier resquicio de tensión que te quede, este es el lugar en el que hacerlo.

Más suaves que la mantequilla volvemos al hostel, leemos un rato y nos vamos a la cama, el descanso en general es bueno, pero aconsejamos que si alguien elige Arenal Hostel Resort pida habitación en el piso de arriba, ya que al caminar suena la madera y debajo se oye.

Nos levantamos sin prisas, a eso de las 8 de la mañana, y aprovechamos para ir a desayunar a un local enfrente del hostel, la soda Mami, y ya que vamos a hacer rafting nos cargamos de energía con dos gallos pintos con huevos y queso y dos cafés (7 €). Es habitual en esta zona y en Monteverde comer un tipo de queso local, e incluso recomiendan visitar las plantas de producción, a nivel personal si bien el sabor no está mal, la textura no me terminó de gustar, si hay que probarlo se prueba, pero si no tampoco se pierde nada.

Puestos de frutas
Ya mentalizados nos recogen en el hostel los de Costa Rica Descents, que es la compañía con quien tenemos contratado el descenso. En total somos 6 personas, ya que además de nosotros vienen 4 chicas estadounidenses. El descenso lo haremos en el río Balsa, que se encuentra más o menos a una hora de trayecto en el que se va realizando una explicación de lo que vamos a realizar y nos cuentan curiosidades de la zona.

A mitad de trayecto paramos en un puesto de frutas de un conocido, además de comprar la fruta para el tentempié de media mañana que nos ofrecerán, nos enseñan y nos dan a probar distintos tipos de frutas tropicales, nos explican sus características y cultivo, y nos llevan donde un perezoso que vive junto al puesto.

Desde allí ya fuimos hasta un hotel en el que nos cambiamos y nos dirigimos a la orilla del río para la explicación y posterior descenso. Por el camino Dani nos enseña el árbol de la canela (el aroma de sus hojas es intensísimo), hormigas cortadoras de hojas y en plan confidencial nos cuenta anécdotas sobre turistas yankees, como por ejemplo que creen que es un circuito cerrado y que el rafting comienza donde termina (hay quien cree que la selva es disneylandia, en fin…).

Al llegar a la orilla del río comienza lo bueno, Costa Rica es uno de los mejores destinos del mundo para practicar descenso de ríos de aguas blancas, por norma general el río Balsa es un río con unos rápidos de categoría II y III, pero debido a las intensísimas lluvias, vamos a tener rápidos del tipo 3, 4 y hasta 4,5.

Tras la correspondiente charla de seguridad, de manejo de los remos, ponernos los chalecos etc. nos dividimos en dos grupos, Mikel y yo en un raft con un guía y las chicas en otro y comenzamos el descenso. Los rápidos se van sucediendo unos tras otros llevando nuestra adrenalina muy arriba, surfear rápidos, esquivar rocas, una experiencia alucinante en un marco incomparable, el subidón es de los mejores que he vivido.

Cuando se lleva más o menos una hora de descenso se hace una parada en una catarata a degustar algo de fruta para reponer fuerzas y continuar el descenso, que se prolonga otra hora - hora y media. La adrenalina, el paisaje, el buen rollo, más que recomendable, hacer rafting en Costa Rica debería ser obligatorio.

Preparando jugo de caña
Una vez recuperados de la experiencia y de vuelta a la furgoneta,  te llevan a una finca ecológica a degustar una magnífica comida orgánica. En el camino te ofrecen las fotos del descenso por si quieres comprarlas, esta es la típica cosa que te parece muy cara pero que una vez vuelves a casa te arrepientes de no haber comprado, pero bueno, la experiencia está para vivirla, y las imágenes se quedan en nuestras cabezas.

Damos una vuelta por la granja y nos sentamos tranquilamente a comer, pollo (espectacular) pasta, yuca, ensalada, arroz… todo en muy buen ambiente. La jornada termina con un jugo de caña de azúcar que fabricamos nosotros allí mismo y un trago de un licor puro de caña (no apto para cobardes...) Tras esto camino de vuelta hasta el hotel más felices que unas perdices, una gran experiencia.

Cena tex mex
Tras dejar las cosas en la habitación damos una vuelta por el pueblo, miramos algunas tiendas de recuerdos pero como se aconseja comprar en Monteverde sólo nos hacemos una idea del tipo de artesanías de la zona. Si que hay que decir que encontramos algunos artesanos que trabajan en resina y hacen unas auténticas obras de arte, pero se nos van un poco de presupuesto. Aprovechamos también para ver la “postal” de la iglesia con el volcán detrás, aunque no está totalmente descubierto. Nos dicen allí que hemos tenido suerte, que hay gente que va 3 o 4 días y se vuelve sin ver el volcán por las nubes, lo cierto es que en esto de los viajes hay mucho de suerte a la hora de que algunas visitas salgan bien o mal.

Piña colada, mmmmm....
Volvemos al albergue y vamos preparando las cosas, al día siguiente tenemos que enfrentarnos al trayecto hasta Monteverde y todas las referencias que tenemos nos lo ponen igual de negro, no es que la carretera sea mal, sino que no hay. Con todo a punto salimos a cenar algo, damos una vuelta pero no vemos nada que nos llame la atención y entramos en un local de cocina tex-mex en el que nos ponemos hasta arriba, burritos, tamales, enchiladas… una buena forma de despedirse de La Fortuna. Ya en el hostel aprovechamos que la noche está agradable y nos tomamos unos combinados, pasada la medianoche nos vamos a la cama, el día siguiente promete aventura…

No hay comentarios:

Publicar un comentario