lunes, 7 de enero de 2013

Costa Rica 2012: Tortuguero, mágicos canales

Cuando uno viaja a Costa Rica, Tortuguero es sin duda alguna un destino ineludible, no disfrutar de sus canales y su exuberante naturaleza es algo que, una vez habiéndolo conocido, me resultaría imperdonable.

Como bien sabéis no somos amigos, ni mucho menos, de contratar por agencia ningún tipo de tour, pero teniendo en cuenta que el acceso a Tortuguero por tu cuenta en temporada baja es algo difícil (es totalmente posible, pero evidentemente lleva más tiempo y trasbordos que si lo tienes contratado) y que preferimos comenzar el viaje sin complicaciones, hemos contratado un tour con Asuaire que incluye el traslado desde nuestro hotel en San José hasta Tortuguero con alojamiento y pensión completa, así como una salida por los canales (240$).
Ríos Sucio

A las 6 de la mañana ya nos encontramos en el autobús, nuestro hotel es el primero por el que pasan así que elegimos sitio. En una hora ya estamos todos en el bus (casi lleno) y dejamos San José en dirección a Tortuguero. El trayecto en autobús discurre atravesando el Parque Nacional Braulio Carrillo, la primera toma de contacto con la naturaleza y los paisajes costarricenses nos deja con la boca abierta, selvas nubosas con una frondosidad increíble, estamos montados en un autobús y ya estamos enganchados a este país.


Arbol de Ceiba (el de detrás)

Durante el viaje nuestro guía nos va explicando cosas curiosas sobre la selva, sobre precauciones a tomar cuando visitemos bosques, etc. Nos pone en aviso antes de llegar al puente que cruza la confluencia entre el río Hondura, de aguas verdosas, y el río Sucio, de aguas amarillentas debido a la cantidad de azufre que tiene, sin duda una de esas imágenes curiosas que regala la naturaleza.

Sobre las 10 y media de la mañana hacemos una parada para (en nuestro caso) re-desayunar en el restaurante la Ceiba, a la altura de Guápiles, donde 3 días más tardes nos proporcionarán el coche de alquiler. Volvemos a atacar al gallo pinto (más vale adaptarse pronto al arroz con frijoles…) y damos un paseo por el jardín. El restaurante la Ceiba debe su nombre a un Ceiba que se encuentra en su jardín, este es un ejemplar inmenso de este gigante árbol, el más grande que hemos visto en nuestro viaje,
probablemente harían falta unas 12 personas para rodearlo, realmente espectacular.


De camino a Tortuguero...
Tras reponer energías proseguimos viaje hasta la Pavona, donde se encuentra el embarcadero desde donde se parte a Tortuguero. Como ya hemos dicho, Tortuguero se encuentra totalmente aislado y por lo tanto el acceso se puede realizar exclusivamente por transporte fluvial, lleva más o menos una hora y media y si el tiempo acompaña es una gozada ir entre los canales descubriendo las primeras aves, e incluso algún que otro caimán.

Superada la una del mediodía llegamos a nuestro alojamiento, el Pachira Lodge, el hotel se encuentra enclavado en un canal en el lado opuesto al pueblo de Tortuguero, en pleno bosque lluvioso tropical. En el momento en que llegas te reciben con un delicioso coctel de bienvenida, si no recuerdo mal un licuado de sandía, lo que es un refrescante detalle dado el sofocante calor que hay. El alojamiento contratado básicamente está enclavado en medio de la selva, por lo que hay ciertas comodidades como el aire acondicionado a las que evidentemente hay que renunciar.


Playa de Tortuguero

Tras dejar las cosas en nuestra habitación (las habitaciones están bien, con ventilador, caja fuerte y baño correcto, es cierto que por la noche el ventilador no termina de quitar el calor, pero son cosas del clima costarricense) vamos al restaurante a por la comida. En cuanto a las comidas son estilo buffet, suele haber ensaladas y después arroz, pasta, pollo, carne o pescado, plátano frito y algún postre, no es muy variado pero cambia todos los días y en todas las comidas, por lo que es más que suficiente. El calor es abrasador así que, en contra de lo que nos permitirían hacer nuestras madres, nos damos un bañito en la piscina para refrescarnos.


Embarcadero Pachira Lodge
A las 4 de la tarde nos llevan al pueblo de Tortuguero, a dos minutos del hotel en barca. El guía nos lleva hasta las playas en las que las tortugas baulas y verdes realizan el desove. Nos explica las especiales características de la arena de las playas (su origen volcánico permite mantener la temperatura ideal para los huevos), lamentablemente, la temporada para observar el desove de tortuga baula termina a finales de mayo y las tortugas verdes comienzan a llegar a finales de junio, así que estamos justa en la fecha en la que no podremos ir a ver el desove. Nos advierten de que es posible que nos ofrezcan el tour en el pueblo pero que en esa fecha no lo contratemos, así que con el consejo en la mochila nos disponemos a pasear por la pequeña y pintoresca localidad.


Cangrejos azules

Tortuguero es una diminuta localidad que discurre a los lados de su calle principal, sin asfaltar y carente de vehículos, ya que el único acceso es a través de los canales. Debido a esto es agradable pasear tranquilamente por el pueblo, en el que se vive bastante del turismo aunque siempre entendiéndolo desde el punto de vista de la integración en el ecosistema propio de la zona. En cuanto a las playas son de arena oscura, volcánica, con algunas palmeras y con un mar que, a pesar de ser Caribe, no invita a bañarse. En caso de que alguien quiera meterse al agua deberá hacerlo con mucha precaución ya que las corrientes en esta zona son realmente fuertes.


Tras una agradable visita regresamos al hotel, donde nos tomamos algo tranquilamente en el bar y para las 8 estamos cenando. Tras la cena las opciones en el lugar son pocas pero estimulantes, leer un buen libro entre los sonidos de la selva o tomar una cerveza frente al embarcadero son placeres de los que raramente se pueden disfrutar, de todas formas, ya nos han avisado que el día siguiente hay que estar arriba a las 4:45, así que no conviene alargarse.


Canales

Para cuando nos tocan la puerta a la hora pactada ya estamos despiertos, no hemos descansado mal pero el calor, el sonido de la lluvia (que manera de llover) y el amanecer de los monos aulladores ya han funcionado a modo de despertador.

Desayunamos a las 5 y a las 5 y media, una vez pagados al guía los 10 $ de la entrada al Parque Nacional (sirve para todo el día) nos disponemos a disfrutar de la navegación entre los canales que está incluida en el pack que hemos contratado. El motivo de partir tan pronto es que al amanecer es uno de los mejores momentos para observar a la fauna local, lo único que debemos confiar es en que no llueva, ya que de llover no será posible avistar animales.

Avistajes de aves
Mientras la barca avanza lentamente entre los canales, el silencio y el verde intenso de la selva te ponen los pelos de punta. Por el momento no llueve y tenemos la suerte de poder observar numerosos animales, un caimán, monos cariblanca, algún mono araña, basiliscos, y un número sin fin de aves, de todos los tipos. Hay que decir que sólo en Tortuguero conviven más especies de aves que en toda Europa, por lo que es un lugar perfecto para avistarlas. No hay que decir que para los amantes de la fotografía este es un lugar muy especial, pero para quienes disfrutamos sin disponer de cámaras de primera calidad, el mejor consejo es que, con cierto tipo de animales (monos araña o aves a gran distancia) te limites a disfrutar del avistaje, la rapidez de movimiento y la distancia evitarán que tengas fotos de calidad y que disfrutes del momento, guarda tu cámara para avistajes más cercanos (que seguro que los tendrás) y será más fácil que tengas una experiencia plena.

Avistajes
Por otro lado está el verde, una maraña de palmeras, árboles, lianas, enredándose y tejiendo una red perfecta que lo envuelve todo. Es la imagen que uno tiene cuando sueña con viajar tras ver por televisión documentales sobre zonas selváticas, el agua como espejo de la frondosidad, la calma, el sonido de los animales… espectacular.
Justo cuando comenzamos a dar la vuelta empieza a llover, hemos tenido mucha suerte ya que si hubiera comenzado antes habría sido difícil disfrutar plenamente de la salida, pero ahora que volvemos el sentir la lluvia golpeando y refrescando nuestra cara es una sensación genial.

Sendero por la selva
Terminada la salida, para de llover en seguida y nos preparamos para hacer la pequeña ruta que vamos a realizar junto al hotel. Justo al lado del hotel, existe un sendero de algo más de un kilómetro en plena selva en el que realizamos una pequeña caminata. Nuestro guía nos va llevando por un camino totalmente encharcado (para quien no haya llevado disponen de botas de agua) mientras explica curiosidades de la fauna y flora, observamos numerosas aves, insectos, alguna pequeña rana, y tenemos la suerte de encontrarnos con una serpiente oropel blanca. El recorrido lo realizamos entre un calor infernal y una humedad que ronda el 100%, por lo que cuando salimos del bosque una hora y media después estamos empapados como si saliésemos de una sauna.

Así que baño en la piscina y a comer. Para la tarde desde el hotel se ofrece la opción de hacer canopy (tirolinas), en principio nuestra idea es descansar un poco y después tomar uno de los kayac que hay en el hotel para pasear por los canales, pero el guía nos comunica que por cortesía de nuestra agencia, tenemos un tour de tarde de navegación por los canales, así que encantados decidimos pasar un par de horas de piscina mientras llega la hora de volver a perdernos entre agua y selva. No hay que decir que tal y como golpea el sol es imprescindible darse protección varias veces al día, así como que si no os habéis dado ya varias veces repelente de mosquitos es más que probable que os hayan devorado vivos. Mientras nos vamos a cambiar, encontramos una enorme iguana paseando tranquilamente por el hotel, así como un grupo de  monos aulladores que cuando intentamos hacerles una foto nos lanzan frutas con muy mala leche, inconvenientes de estar en la selva…

Tour de tarde
Para el tour de la tarde somos muy pocas personas, una pareja de Madrid que lo tenía incluido, nosotros por regalo de Asuaire, y un grupo de alemanes, por lo que a penas somos 8 en la barca y podemos detenernos con toda tranquilidad cada vez que nos apetece. La verdad es que con el sol bien en alto la navegación toma matices muy distintos a los que hemos percibido por la mañana, el agua parece realmente un espejo, y podemos observar garzas, tucanes, nutrias, enormes iguanas sobre los árboles aprovechando los rayos de sol, es un paseo maravilloso que sin duda quedará grabado en nuestras retinas.

Nutria
Tras el tour un momento para tomarse una piña colada en el embarcadero del hotel, rodeados de numerosos cangrejos azules, que son tóxicos para su consumo y muy asustadizos. Con esa imagen nos vamos a cenar, nos tomamos una última cerveza con las buenas gentes que hemos conocido en el hotel y empezamos a planificar cada cual nuestra ruta, comentando con el resto por que zonas vamos a movernos.

A la mañana siguiente hay que madrugar de nuevo, ya que para las 6 y media sirven el desayuno, el día está bastante nublado y parece que vamos a tener un viaje de vuelta por lo canales bastante aburrido. A las 8 de la mañana llega nuestra barca y echamos por última vez la vista atrás para decir adiós a un lugar realmente mágico, a partir de ahora, la carretera será nuestra compañera, nuestro primer destino, Cahuita…

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