Amanece en París y
nuestro objetivo es claro, sacarle humo al museum pass, es cierto que
lo ideal sería poder disfrutar tranquilamente de todos los
atractivos de París, pero el tiempo apremia y estamos ávidos por
desgastar suela.
Como hemos elegido el
hotel sin desayuno, preparamos la mochila y decidimos comenzar la
ruta y ya buscar cualquier “boulangerie” en la que saciar
nuestros instintos más dulzones.
Dada la situación del
hotel, decidimos comenzar a recorrer París comenzando por el museo
Rodin, ya que según nuestra guía abre antes que el resto de museos,
cuando no fue así. Posiblemente fue nuestro único contratiempo
durante el fin de semana, por esto es importante confirmar en tu
hotel o en la web de las atracciones a visitar sus horarios
actualizados. Con el chasco de encontrar el museo cerrado ahogamos
las penas comprando unos croissants y y unos “relámpagos”
rellenos y nos dirigimos al metro para ir hasta el Panteón, nuestra
idea es comenzar en el barrio latino, ir hacia la Ille de la Cité y
terminar el día en Montmartre.
Lo ideal para visitar el
panteón es bajar en Cardinal Lemoine. El Panteón se encuentra junto
a la universidad de la Sorbona y es sin duda una de las mejores
visitas de París (entrada incluida en la museum pass).
Panteón |
A
pesar de que parte de la fachada se encontraba de obras cuando la
visitamos,la vista del panteón es algo espectacular. El edificio es
imponente tanto desde fuera como desde dentro, de carácter
neoclásico, sus enormes columnas te hacen sentir realmente diminuto,
y su interior no impresiona menos. Una vez dentro del edificio
podemos observar una réplica del péndulo de Foucault, instalado
aquí debido a la gran altura del edificio. Aunque sin duda