Para las personas amantes del deporte
aventura y de las aguas bravas, no hay duda de que descender el río
Ara, en el pirineo oscense, es una de las actividades que mayor
cantidad de adrenalina les hará supurar.
Salida desde Torla |
Junto al Parque Nacional de Ordesa, el
río Ara nace de aguas glaciares y tiene en su tramo entre las
localidades de Torla y Broto su tramo comercial más salvaje, sin
duda alguna el más potente para realizar rafting de toda la
Península Ibérica.
Si bien parte de nuestro grupo habíamos
realizado algún descenso de buen nivel (río Balsa en Costa Rica),
debo decir que al acudir a la actividad de las 6 personas que íbamos
en el raft más el guía, 4 no habían hecho rafting en su vida, por
lo que la experiencia previa no es un requisito indispensable para
realizar este descenso, aunque es aconsejable tener un estado físico
mínimamente aceptable y es obligatorio ser mayor de 18 años.
Nosotros contratamos la actividad en un
pack con
barranquismo a través de Agua y Nieve
(http://www.aguaynieve.com/actividades/rafting/rafting_rio_ara.html)
aunque ellos el rafting lo subcontratan con la empresa Aguas Blancas
(http://www.aguasblancas.com/),
en todo caso en amabas empresas son grandes profesionales y el trato
fue excelente.Primeros rápidos |
Para realizar el descenso del río Ara
se parte del local de Aguas Blancas en Broto, allí se procede a
cambiarse de ropa y a colocarse los neoprenos, coger los cascos,
chalecos, etc. y en vehículo se asciende hasta la localidad de
Torla, donde se realiza la charla de seguridad y se dan las
instrucciones sobre el manejo del raft, lo que hacer en caso de
caída, el tipo de rápidos del recorrido y demás.
Debo resaltar que nosotros realizamos
el descenso en abril, el primer día que se dio como apto para el
descenso el río, por lo que la cantidad de agua que bajaba era
impresionante y la temperatura era capaz de congelar al mismísimo
santa claus. Así que, sin más dilación, tras la charla te diriges
al agua y... a remar!
Rápidos nivel IV |
Desde el principio el río es muy
exigente, no da lugar a muchos respiros y te obliga a remar sin
parar, los primeros rápidos son potentes pero aún moderados, es,
por así decirlo, el tramo de “entrenamiento”, ya que tras un
kilómetro hay que realizar una parada para salvar una caída de agua
imposible de salvar con la embarcación. Una vez salvada, comienza la
locura, un rápido tras otro, de nivel IV desde el principio,
torbellinos, rocas, pasos por cañones en los que literalmente rozas
las paredes, varias caídas de gente al agua, la pérdida incluso de
alguna pala... 6 kilómetros de descenso con el corazón a mil por
hora que terminan con un subidón tremendo de adrenalina y los brazos
ardiendo por el esfuerzo.
Tras unas 3 horas en total, termina la
actividad, que si se realiza a primera hora de la mañana como fue
nuestro caso, te deja un buen número de horas libres para realizar
alguna ruta de montaña (si os quedan fuerzas). El precio de la
actividad ronda los 50 euros (si lo combináis con alguna otra
actividad os saldrá más económico) y se puede realizar desde
finales de abril hasta finales de julio. Sin duda es una actividad
que no te dejará indiferente, adrenalina a tope en un entorno
realmente impresionante.
Final del recorrido |
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