miércoles, 27 de marzo de 2013

Bertiz: Un oasis de tranquilidad


Fuente con nenúfares
Una de esas excursiones a lugares cercanos a los que no me canso de volver, casi  se podría decir que anualmente, es la salida de día al señorío de Bertiz, situado en el valle del Baztan, en el norte de Nafarroa.

La visita al señorío de Bertiz combina tranquilidad y naturaleza en un entorno mágico, en tierra de brujas, lamias y seres mitológicos, un marco encantador para pasar el día.

Bertiz se encuentra enclavado en pleno valle del Baztan, en la localidad de Oronoz-Mugaire. Saliendo desde Bilbao el trayecto lleva 1 hora 45 minutos, se va hasta Irun por autopista y  allí se toma la N121 dirección Pamplona-Iruña, una vez tomamos la salida a Oronoz la entrada al Parque de Bertiz de sitúa junto a la gasolinera del pueblo.


Puentes
En la entrada al parque se dispone de un amplio parking gratuito en el que dejar el vehículo, así como de una oficina de información y turismo, en la que podremos consultar si lo deseamos otras actividades que hacer por la zona.
 Una vez dejamos el vehículo, Bertiz ofrece varias opciones, existen numerosas rutas de senderismo por el bosque, pero yo personalmente prefiero relajarme visitando el jardín botánico y el centro de interpretación de la naturaleza.



Estanques
Tras abonar una entrada de 3 euros, se accede al jardín histórico de Bertiz. En un primer momento, se pasa por los caseríos que albergan el centro de interpretación de la naturaleza, en él, el visitante obtiene información sobre los valores naturales del parque, los ecosistemas del mismo, la conservación, mitología, etc. todo realizado en un cómodo recorrido y acompañado de proyecciones de vídeo.

Una vez empapados de toda la información del lugar, accedemos al jardín, que recorreremos bien por libre, o bien realizando lo que se denomina el “itinerario sensorial”, que no es más que un recorrido por el jardín en el que se trata de poner nuestros sentidos a flor de piel, se trata de escuchar el agua, de oler la
madera, de sentir los árboles…


Secuoya
El parque en sí es una gozada se visite como se visite, en él podemos ver cedros, abrazarnos a una enorme secuoya, pasear entre bambú, azaleas, gynkos, cipreses… todos distribuidos a través del recorrido, entre bellos estanques, puentecitos y riachuelos.

También podemos relajarnos en el mirador o la capilla junto al Bidasoa, pequeñas joyas del art Nouveau que hacen de este jardín un auténtico oasis entre la locura del día a día de las ciudades.

Terminada la visita, junto a la entrada se dispone de merenderos y jardines en los que comer algo si se opta por ir de bocadillo, aunque sin lugar a dudas la opción más recomendable es acudir al Bar Asador Urgain, justo al lado de la gasolinera, y por lo tanto al lado del propio parque.

Mirador junto al Bidasoa

Lo primero que sorprende es  que tienen un salón con muy buena capacidad, Se puede disfrutar de menú tanto laborables como fines de semana a un precio asequible.
La última vez que fui uestra opción fue comer a la carta, un entrante para compartir de foie con tostadas de pasas (un buen bloque de foie), y yo tomé cordero asado (muy buena ración, en su punto) y mi pareja un lenguado a la menoire (también muy buena ración). Como postre tomamos una cuajada con miel y una tarta de queso muy buenos los dos. Para beber tomamos agua los dos. El servicio rápido y agradable. La factura 36€ los dos, muy buena relación calidad precio.

Con la tripa llena, se puede optar por realizar alguna visita por la zona o bien simplemente dar un tranquilo paseo por el pueblo de Oronoz, un pueblo muy típico y agradable.

Sin duda, la visita a Bertiz es una forma muy agradable de provechar un día, preferiblemente de tiempo benigno (sin lluvia). A ser posible, aconsejo evitar el invierno para realizar la visita, las mejores estaciones en mi opinión son la primavera, en la que el jardín muestra todo su esplendor, y el otoño, en el que la gama de colores del bosque es excepcional.
Caserío (Baserri) en Oronoz

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