martes, 3 de septiembre de 2013

Botiquín de viaje: pequeño gran aliado

A la hora de realizar viajes, especialmente si son de larga duración, siempre hay cosas que a algunos viajeros les parece que no pueden faltar en el equipaje, en mi caso, una de ellas, sin duda, es el botiquín.

Es cierto que bastante tenemos a la hora de planificar un viaje con saber como meter todas las cosas que queremos llevarnos en la mochila como para andar ocupando un espacio extra con algo que no sabemos si vamos a utilizar, pero creedme si os digo que es mejor acordarse del espacio ocupado sin supuesto sentido que de no disponer de ciertas cosas en caso de necesitarlas.

A la hora de preparar un botiquín de viaje, lo más importante a tener en cuenta es que es sólo para casos de “emergencia”, no prepares un enorme botiquín cargado de grandes cantidades de medicamentos, el botiquín debe resultar cómodo de llevar, ocupar poco espacio y utilizarse como
primera atención ante un problema antes de tener que visitar una farmacia o consulta médica.

Cargar con una caja de ibuprofeno, otra de aspirinas, una caja de tiritas… es totalmente innecesario, el propósito del botiquín no es más que salir del paso ante una pequeña emergencia, no es necesario parecer un colaborador de médicos sin fronteras.

Mi consejo, a la hora de viajar, es que sólo se lleve un botiquín por grupo de viajeros. Se entiende que si alguien del grupo necesita de una medicación en particular ya se hará cargo de ella, y con que alguien lleve un botiquín es más que suficiente.

Hay quien elabora su botiquín en base al destino al que va a viajar, aunque yo personalmente suelo llevar las mismas cosas independientemente del destino, para mí, el contenido básico de cualquier botiquín es el siguiente:

-         Ibuprofeno (u otro antiinflamatorio)
-         Paracetamol
-         Pastillas contra la diarrea
-         Pastillas contra el estreñimiento
-         Pomada antirozaduras (de parafina o similar)
-         Tiritas
-         Un pequeño bote de solución yodada para desinfectar heridas
-         Protector labial
-         Protector estomacal (omeprazol, almax o similares)
-         Gasa
-         Tiritas para ampollas y rozaduras.
-         Suero fisiológico
-         Descongestionante nasal
-    Pastillas para la garganta

Otros artículos que yo recomiendo independientemente del destino son el repelente de mosquitos, el protector solar, alguna crema para posibles quemaduras (con aloe vera o similares) y algún producto para el resfriado (tipo frenadol).


Recuerda que en los viajes, como en casi todo en la vida, es mejor prevenir que lamentar, y que poder atajar un ardor de estómago o una pequeña diarrea sin tener que encontrar una farmacia abierta en un pequeño pueblo centroamericano a las 3 de la madrugada no tiene precio, así que prepara tu botiquín, y viaja tranquilo!

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