Poco después de las 11 de la mañana llegamos a San Salvador de Jujuy, nuestra idea es hacer un par de rutas desde aquí y, a pesar de que más o menos las tenemos decididas, aún queda espacio para analizar todas las posibilidades, lo cierto es que Jujuy ofrece innumerables opciones y queremos estar seguros de acertar, no queremos planificar una ruta demasiado larga y luego quedarnos a medias, que en la carretera nunca se sabe…
Nada más llegar vamos al albergue a realizar el check in, hemos reservado 3 noches en el Club Hostel en habitación privada con baño y desayuno incluido por 15 € la noche por persona. El hostel está situado a pocas cuadras de la plaza principal y por consiguiente del centro de San Salvador de Jujuy, las habitaciones privadas son limpias y las cama cómodas, además son 2 literas, con lo que en la de arriba puedes organizar tus cosas, en general hay muy buen ambiente y organizan cada día una excursión diferente, exceptuando un pequeño problema de ruido la primera noche la estancia estuvo muy bien.
Nota si se va en coche: en Jujuy hay que pagar el aparcamiento en la calle (la OTA de Bilbao), no es nada caro pero es importante tenerlo en cuenta para no encontrarse con una multa inesperada.
Una vez situados en el hostel nos damos una vuelta para hacer la primera toma de contacto con la ciudad. La primera impresión que tenemos, y casi con la que marcharemos, es la de que es una ciudad muy tranquila. Se puede respirar el ambiente pausado en sus plazas y calles, de estilo colonial, nada más entrar en Plaza Belgrano y ver la catedral y la casa de gobierno, compartiendo espacio con vendedores de artesanías de claro origen indígena. El tiempo que nos acompaña es bastante distinto al imaginado, el cielo está gris y de vez en cuando cae alguna llovizna, lo que dista bastante de la imagen árida que tenemos de las quebradas, pero es que en Jujuy existen variedad de climas, como más tarde comprobaremos.
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Club Hostel |
Tras pasear por las calles de Jujuy decidimos entrar a comer en el restaurante ruta 9, que está en la calle peatonal y a cuyo comedor se accede bajando unas escaleras. El restaurantes es simple pero su comida es muy auténtica, además hay que añadir que en Jujuy por lo general los precios son muy buenos lo que ayuda a no mirar la cartera. Tomamos unas empanadas de queso, un tamal, un bife con papas y un lechón a la parrilla, más un litro y medio de sprite zero y quedamos encantados con la comida (122$) y con el servicio.
Tras la comida realizamos alguna compra en un supermercado y volvemos al hostel para tomarnos unas horas de relax, leer, ver la tele un poco y acceder a Internet, así