jueves, 23 de agosto de 2012

Viaje a Argentina 2009: De Bilbao a Tandil

Así que, tras muchas vueltas dadas, muchas incógnitas resueltas y otras tantas sin resolver, llegó el gran día. Para comenzar con buen pie, recogida a las 6 de la mañana para dirigirnos los tres valientes exploradores al aeropuerto de Loiu, Mikel, Endika y Txino (el menda).

Una vez en el aeropuerto, la primera en la frente, a la hora de facturar, habíamos decidido poner por separado una pequeña mochila con regalos para nuestra anfitriona argentina (patxaran, txakoli, etc.) y en el mostrador de facturación de iberia nos dicen que no, que esa mochila con botellas no la llevan, que si la llevan, nos la van a romper y les ensuciamos la bodega. ¿¿¿¿¿me perdone usted????? en fin, por no comenzar el viaje montando un numerito, decidimos dejar la mochila en una taquilla y llevar todo lo que no es de cristal en las mochilas grandes, y comprar patxaran y txakoli en la tienda duty free y tomamos el vuelo a Madrid sin mayores inconvenientes.

En la T4 tenemos más de 3 horas de espera para nuestro vuelo a Buenos Aires así que decidimos matarlo con lo que terminaría convirtiéndose en una tradición en nuestros viajes, el desayuno en el Mc Donalds del aeropuerto, curioso, la verdad, habida cuenta que nunca excepto en barajas pisamos un Mc Donalds…

Con el estómago lleno nos disponemos a sufrir algo más de 12 horas de vuelo, el más pequeño de los tres (yo) mide 1.85, así que la comodidad en el vuelo es algo desconocido para nosotros, así que sobrellevamos como podemos la situación entre las terribles películas y la comida del avión y tomamos tierra bonaerense a
las 20:50 hora local.

Nada más bajar del avión dos necesidades imperiosas, conseguir pesos argentinos y echarse un cigarrito (este sería el último viaje como fumador, a excepción de algún puro habano o similar en otros viajes). Para conseguir pesos lo que aconsejan todas las guías es realizar el cambio de moneda en el Banco de la Nación Argentina, situado dentro de la propia terminal del aeropuerto, ya que es el que dispone del valor más alto para el cambio. Mi consejo, si llevas dinero en efectivo en euros, espera a estar en una ciudad y busca la casa de cambio que mejor te salga, pero siempre que puedas saca dinero directamente en los cajeros, el cambio es el fijado a nivel internacional y las comisiones suelen ser bastante más bajas (dependiendo de la tarjeta en algunos no hay ni comisión) que en las casas de cambio, así que si estás en el aeropuerto dispones de varios cajeros en los que adquirir tus pesos sin miedo a que te roben con el cambio.

El siguiente paso, una vez llenos los pulmones de nicotina, es ir hasta el centro de Bs As, en nuestro caso a la estación de autobuses de Retiro, ya que debemos tomar un bus hasta Tandil, nuestra primera parada de 2 días para reencontrarse con antiguas amistades y pasar de la mejor manera el jet lag. No hay duda, conseguir un taxi en el aeropuerto de Bs As es caótico, desde que sales con las maletas numerosas agencias de remises (taxis en vehículos particulares con los que se suele pactar la tarifa antes de salir) te abordan sin dejarte ni respirar. Si sales fuera, la situación no es mucho mejor, taxistas, remiseros, etc. intentando que vayas con ellos, vamos, que finalmente buscas al que mejor pinta tenga y sales pitando, que llevas ya muchas horas de viaje y no apetece liarse a comparar.

Consejo: lo mejor para evitar problemas (en nuestro segundo viaje a Argentina los tuvimos) es pactar con una de las empresas de remises que te abordan dentro del aeropuerto y pagar de antemano, así te evitas problemas.

Por mucho que sea final de primavera en Bs As está lloviendo (menuda bienvenida), y el taxista nos da conversación durante todo el trayecto (los taxistas de Bs As son la mejor manera de tomar la temperatura a la ciudad) hasta la estación de autobuses de Retiro, si es nuestro primer viaje a Aregntina, nuestra ruta, y un consejo que seguiremos a rajatabla, coman bife de chorizo, mucho bife de chorizo, la carne se deshace en la boca... nos comenta con su voz de Sabina. Por el camino poco que ver, la autopista hasta el aeropuerto no tiene mucho que enseñar, alguna barriada de chabolas a lo lejos, pero una vez en Bs As pasamos por primera vez por la espectacular avenida 9 de julio, el obelisco, y su tráfico infernal incluso un sábado por la noche, la primera impresión que me da la ciudad es que me recuerda mucho a Madrid.

Ya en Retiro pagamos el remis (120 pesos más el peaje de la autopista) y vamos a ventanilla a retirar nuestros billetes para Tandil en coche semicama (70 pesos). Con los billetes en la mano y la necesidad de hacer algo más de tiempo a pesar de las más de 20 horas que llevamos fuera de casa, nos tomamos nuestra primera Quilmes en la cafetería de la estación, la primera sorpresa, el tamaño, 660 cl, la segunda, el precio, (unos 15 pesos) hay que aclarar que posiblemente es el lugar en el que más caro nos la cobran.

Y llega la hora, 23:00, nos metemos en el autobús (ómnibus en Argentina). Hay que decir que los autobuses no tienen nada que ver con los europeos, son mucho más amplios y más cómodos (nosotros fuimos a Tandil con El Rápido) puedes ir casi tumbado y te dan una bolsa con dulces (el desayuno), nos recostamos y esperamos pasar rápido las 5 horas que nos separan de nuestro ansiado destino, cerramos los ojos, el sueño nos vence, pero… a las 2 de la mañana, abro los ojos y el autobús está parado y todo está lleno de humo, me levanto sobresaltado y despierto a Mikel y Endika, pongo los pies en el suelo y noto todo mojado… Falsa alarma, se ha roto el condensador del aire acondicionado y la nube no es de humo, sino de vapor, así que hay que esperar a que venga un autobús de repuesto casi dos horas a medio camino, cambiamos de bus, cerramos los ojos, los abrimos con el primer rayo de sol, el amanecer ilumina los carteles de entrada a Tandil, las 6 de la mañana, 28 horas después de la salida, hemos llegado…

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